Aquaplaning – Qué es y cómo evitarlo

27 julio 2022

El aquaplaning, también llamado a veces hidroplaning, es un fenómeno que puede afectar a la conducción con resultados peligrosos. Por lo tanto, estar al tanto de en qué consiste y qué medidas podemos tomar para evitarlo puede serte de gran ayuda para mejorar tu seguridad al volante y evitar accidentes.

Explicado de forma resumida, el aquaplaning se produce cuando las ruedas del vehículo pierden fricción y agarre y, en vez de rodar por la carretera de forma normal, se deslizan sobre la capa de agua que cubre el asfalto. Dicho de otra manera, el coche resbala sobre el agua como si flotara.

Afortunadamente, para que esto suceda tienen que cumplirse unas condiciones muy concretas, como que el asfalto esté encharcado de una fina película de agua. Si, además, el agua está mezclada con aceite, el riesgo de aquaplaning aumentará significativamente.

Peligrosidad del aquaplaning

Que el aquaplaning se trata de un evento peligroso es fácil de entender. Cuando las ruedas pierden el contacto con el suelo firme, aunque solo sea medio milímetro, quedan automáticamente anulados los sistemas de dirección, suspensión y amortiguación del vehículo, con la consiguiente pérdida de control.

Estamos hablando, por tanto, de un fenómeno que afecta a la adherencia de los neumáticos al pavimento. Es por esto que el primer elemento al que debemos prestar atención son, precisamente, los neumáticos.

electro auto aquaplaning

Importancia de los neumáticos en la prevención del aquaplaning

El primer factor a tener en cuenta para evitar el aquaplaning es mantener los neumáticos en condiciones óptimas tanto de presión como de desgaste de los mismos. A continuación os explicamos al detalle cuáles son estas condiciones:

Revisar la presión de los neumáticos

En cuanto al mantenimiento de las ruedas, seguro que estás al tanto de que antes de un viaje largo debes revisar que la presión de los neumáticos sea la estipulada en las indicaciones del fabricante. Este mismo principio se aplica cuando vas a conducir con condiciones atmosféricas adversas, por ejemplo con lluvia.

La expulsión del agua por parte de los neumáticos se verá afectada si las ruedas están desinfladas. Pero en general esto afectará a la adherencia de los neumáticos en cualquier pavimento, haya bolsas de agua, tierra o baches.

Independientemente de estas circunstancias, se recomienda revisar la presión al menos una vez al mes. Al hacerlo es preferible que los neumáticos estén fríos, puesto que la lectura con ellos calientes puede no ser fiable. No está de más tampoco comprobar que las ruedas no se han deformado a consecuencia de algún impacto.

Se aconseja comprobar la presión de los neumáticos al menos una vez al mes y siempre antes de un viaje largo

Vigilar el dibujo de las ruedas

Aparte de que es indispensable para superar la inspección de la ITV, si el dibujo de los neumáticos no cumple el mínimo exigido de 1,6 mm de profundidad estaremos poniendo en riesgo la adherencia de las ruedas.

La profundidad del dibujo, que es como llamamos a las ranuras que incorporan los neumáticos, es determinante para desalojar agua a medida que el vehículo avanza.

La falta de profundidad en las ranuras o bandas de rodadura disminuye la capacidad para dar salida al agua, lo que evidentemente aumenta de forma crítica los riesgos de sufrir aquaplaning.

La función principal de los surcos del dibujo de los neumáticos es expulsar el agua

Los neumáticos cuentan con unos testigos en el fondo del dibujo que ayudan a ver el nivel de desgaste. En el momento en que se alcance el testigo, es hora de cambiar los neumáticos por unos nuevos. Pero este no es el único factor a tener en cuenta. Además, el tamaño de los neumáticos debe ser igual al estipulado en la ficha técnica del coche y con la misma marca de homologación.

Si el dibujo tiene al menos los 2 mm de profundidad, mejor que mejor. Y si existe algo de desgaste de la banda de rodadura pero no inferior de 1,6 mm, será válido mientras que no se trate de un desgaste irregular. Tiene que ser uniforme. Además, no pueden presentarse ni roturas, ni deformaciones, ni cortes o grietas.

A mayores, tienes la posibilidad de equipar tu vehículo con neumáticos de invierno, que están mejor adaptados para terrenos fríos y mojados.

aquaplaning coche eac

Cómo actuar ante el aquaplaning

1. Modera la velocidad

En días de lluvia, o con el asfalto mojado por el motivo que sea, será más fácil que el coche patine aunque esté todo bien con las ruedas y la dirección. Por eso, y seguro que ya lo sabes de sobra, es importante adaptar la velocidad a las condiciones meteorológicas. Por supuesto, si en el suelo se han acumulado bolsas de agua el riesgo de aquaplaning será una realidad.

Además, ni siquiera es necesario que se traten de grandes acumulaciones de agua. En ocasiones, las acumulaciones de agua más discretas resultan más peligrosas debido a que es fácil no verlas o simplemente menospreciarlas. Por eso insistimos en que, a menor velocidad, mayor margen de maniobra para reaccionar ante los peligros cuando cruzamos una carretera mojada.

2. Aumenta la distancia de seguridad

Otra medida preventiva especialmente importante es aumentar la distancia de seguridad respecto al automóvil que llevas delante. Esto es recomendable siempre, pero más aún cuando vayas a circular por una zona mojada. Así también tendremos más margen de reacción ante incidentes inesperados, por ejemplo que sea el coche que nos precede el que sufre aquaplaning y no nosotros.

3. No des volantazos

Si pese a que has tomado todas las precauciones tienes la mala suerte de sufrir aquaplaning, de tu reacción dependerá que salgas mejor o peor parado del aprieto. Sabemos que hablar es fácil, pero actuar no tanto. Pero solo podemos aconsejarte que en una situación así trates de mantener la sangre fría y no girar el volante bruscamente.

Si circulas por una recta, deja de pisar el acelerador y mantén firme la dirección; y si estás trazando una curva gira el volante solo lo justo y necesario para no salirte de la carretera

4. No frenes de golpe

Tampoco es una buena idea frenar bruscamente porque aumentará el riesgo de derrape. Ahora bien, si hay riesgo de colisión, sí que puede ser necesario frenar. En ese caso es preferible accionar el freno de mano. Una actuación suave y tranquila hará que sea más probable que los neumáticos vuelvan a agarrarse al asfalto en cuanto dejemos atrás la balsa o película de agua que ha provocado el aquaplaning.

En definitiva, si te aseguras de que los neumáticos tienen la presión de aire adecuada; de que el dibujo se mantiene por encima de los mencionados 1,6 mm; y si moderas la velocidad en días de lluvia o con el pavimento mojado, tienes todas las papeletas para no sufrir el indeseado aquaplaning. Y si aún así te sucede, reacciona con movimientos serenos y suaves.

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