La pérdida de líquido refrigerante es una de las averías más habituales que pueden afectar a nuestro vehículo. De que los niveles de este compuesto químico sean los adecuados depende no solo que el motor se mantenga funcionando a la temperatura adecuada. Además, lo protege de la corrosión y de la aparición de las llamadas formaciones calcáreas.
¿Líquido refrigerante o anticongelante?
Antes de nada nos gustaría decirte, por si no lo sabías, que líquido anticongelante o líquido refrigerante son sinónimos. O sea que se pueden usar indistintamente ambos términos para referirnos al mismo producto.
Eso sí, podemos matizar que el término «anticongelante» se refiere más bien a una de las propiedades del líquido refrigerante. Es por ello que el término líquido refrigerante es un poco más correcto.
Funciones del líquido refrigerante
Durante el verano la función principal del líquido refrigerante es absorber el calor que se genera en el motor para evitar que se produzcan sobrecalentamientos fatales. Y cuando el automóvil se ve expuesto a las bajas temperaturas propias del invierno, el líquido anticongelante evita que se congelen algunas piezas que, de hacerlo, conllevarían graves problemas mecánicos.
Asimismo, como señalamos más arriba, este compuesto también actúa como lubricante, anticorrosivo y antiincrustante, esto es, limpia y protege de la oxidación a las piezas del sistema refrigerante del coche.
Tipos de anticongelante
Básicamente existen dos tipos de líquido refrigerante o anticongelante muy fáciles de diferenciar. El inorgánico, que suele ser de color verde, dura menos y también protege menos frente a temperaturas extremas. Pero eso no es problema si vives en un clima más o menos benigno.
El anticongelante orgánico suele ser de color rosa. Debido a que contiene silicatos y otros aditivos, soporta temperaturas mucho más bajas y protege mejor frente a la formación de burbujas o residuos.
Cuál de los dos tipos usar dependerá básicamente de tus necesidades y de las especificaciones de tu automóvil. En todo caso, fíjate en las etiquetas y en las indicaciones G11 ó G12. No todos los fabricantes siguen los mismos códigos de color.
Causas que explican la pérdida de líquido refrigerante
- Probablemente, la causa más frecuente de la merma de estanqueidad que deriva en pérdida de líquido refrigerante sea el deterioro de la tapa del radiador. Si esto sucede el compuesto se evaporará con mucha más facilidad.
- El desgaste también puede afectar fácilmente al manguito, que puede sufrir una fisura. El manguito es una pieza de goma que sirve para conducir el refrigerante del motor al radiador, manteniéndolo así a la temperatura deseada. Los manguitos se fabrican de caucho, lo que los hace flexibles pero, al mismo tiempo, susceptibles al efecto de agentes externos como el calor.
- El radiador constantemente está expuesto a elementos como arena, trozos de goma o metal, e incluso piedras o gravillas en función del pavimento por el que se circule. Esto puede provocar que se produzcan grietas en el radiador, con la consecuente pérdida de líquido refrigerante.
- Similar al manguito tenemos abrazadera, que puede tener una fuga si está algo floja. En este caso la solución es sencilla y nada costosa. Solo necesitaremos sustituirla por una abrazadera nueva, y hacerlo cuesta muy poco.
- Sistema de refrigeración sobrecargado. Rellenar demasiado el depósito del refrigerante, sobrepasando el límite máximo recomendado, puede llevar a que desborde cuando se caliente. En este caso veremos que el exceso de líquido se ha vertido alrededor del depósito del refrigerante.
- El problema también puede estar en la propia tapa del sistema de refrigeración. Si esta está mal colocada o en un estado defectuoso y no cierra bien el depósito, puede que el líquido termine simplemente saliéndose o evaporándose de forma natural. Si este percance no se corrige a tiempo puede desencadenar en que el depósito se vacíe del todo.
Cómo detectar la pérdida de anticongelante
Normalmente, la pérdida de líquido refrigerante se detecta fácil comprobando visualmente los niveles en el depósito del mismo. En la mayoría de los coches se indica cuál es el nivel máximo que no podemos sobrepasar en el depósito, y cuál es el mínimo indispensable para que el motor esté protegido.
Sin embargo, hay otros indicadores a tener en cuenta. Así, si aparecen manchas blancas en el radiador o la bomba de agua, o si vemos que sale humo blanco al arrancar el coche, lo más probable es que estemos sufriendo una fuga de líquido refrigerante. O eso, o que el líquido ha perdido sus propiedades, algo también a tener en cuenta.
Por otro lado, los coches más modernos incorporan en el panel de navegación un testigo específico de temperatura del refrigerante. Se iluminará en rojo si el motor se ha recalentado debido a la ausencia de refrigerante. También si el nivel es demasiado bajo, o si está caliente en exceso. La pega es que también es posible que se encienda por un fallo en el propio sensor de temperatura del líquido. Pero para un mecánico experto será fácil determinar lo que sucede realmente.
¿Qué tengo que hacer si detecto una fuga de líquido refrigerante?
Si, como debes, revisas a menudo los niveles de líquido refrigerante y detectas una carencia importante, lo mejor es no poner en marcha el vehículo hasta rellenar el depósito. Usar agua no es buena idea, ya que esta puede tener sustancias corrosivas. Tampoco se recomienda mezclar los distintos tipos de anticongelante.
Si llevas contigo una garrafa de líquido refrigerante, ten en cuenta que debes echarlo solo cuando el motor esté frío. Nunca en caliente. Y una vez rellenado es mejor que acudas a tu taller de confianza cuanto antes para que detecten y reparen la fuga y evitar que vuelva a producirse otra pérdida de líquido refrigerante aún mayor. Lo normal es que una pequeña fuga se vaya haciendo cada vez más grave.
Por otro lado, en un taller lo habitual es que te realicen un cambio completo de líquido refrigerante como parte de la revisión periódica del vehículo. Este reemplazo habitual, que suele realizarse al año o los seis meses, dependiendo del uso del coche, garantiza que no se pierdan sus propiedades.